espejo de los adioses
y carne de renuevos...
En la oquedad del instante,
nuestras sombras se reclinan,
en la nervadura de un murmullo
redondo
presencia tímida y constante,
es la muerte luminosa,
que anuncia otras imágenes,
en el prisma de las hendiduras,
que (a)guarda la impúbera
flor de los cerezos.
Andrew Wyeth
Wind from the Sea
1948
Wind from the Sea
1948
2 comentarios:
Bellísimo poema, gracias por compartirlo! Carlos Skliar
Gracias, Carlos :-)
Aprecio mucho tu opinión.
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